A los 19 años, el rock and roll monopolizaba mi atención y dedicaba una cantidad inconfesable de tiempo (y dinero) a perseguir oscuros discos y libros con los que aplacar mi obsesión. Uno de los libros que más me marcaron fue “Psychotic Reactions and Carburator Dung” -la clásica colección de escritos de Lester Bangs- que, además de reafirmarme en el culto de Iggy, Lou y Beefheart, ofrecía pistas que ampliaron para siempre mis limitados horizontes sonoros. Su escrito sobre “The Black Saint and the Sinner Lady” de Mingus- me introdujo en el apasionante mundo del jazz (al que ahora dedico más tiempo que a mi pasión original) y su reseña de las grabaciones del recientemente fallecido Otis Rush para Cobra resucitó para siempre mi interés por el blues.
En vinilo, como parte de la caja “The Cobra Records Story” o en el ipod, siempre he mantenido esta colección de canciones cerca de mis orejas (y de mi corazón).