Una de esas sorpresa agradables que te da esta inabarcable ciudad es que puedes encontrar en un supermercado cutre de barrio una estructura diseñada por el maestro Félix Candela. Aunque desfigurado por el paso de los años y los cambios de uso, se sigue apreciando el elegante espacio industrial iluminado cenitalmente que Candela diseñó en 1952 («Autos Francia»).