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Jazz después de la guerra. Un mapa arbitrario.

Gary GiddinsHace ya más de diez años, el gran crítico musical Gary Giddins se enfrentó al reto de plantear una introducción al jazz de la última mitad del siglo XX, trazando lo que el llamó “un mapa arbitrario”. Las reglas eran estrictas. Una pieza por año, desde el final de la guerra mundial hasta el nuevo milenio, sin repetir artistas.

Publicó en el Village Voice su magnífico ensayo (“Post-War Jazz. An Arbitrary Road Map”) -una especie de anotación pieza a pieza de un recopilatorio que nunca podría salir a la luz por la dificultad de poner de acuerdo a los poseedores de los derechos- y así nació uno de esos raros discos imposibles.

Como Robert Christgau, uno de mis críticos de cabecera, no sólo consiguió una copia casera sino que le otorgó su máxima calificación (A+) y lo seleccionó entre lo imprescindible de 2003, el artefacto se convirtió para mí en un oscuro e imposible objeto de deseo.

Me bajé el texto de Giddins y fui comprando algunos de los discos de los que salían sus selecciones (y bajando otros) hasta conseguir laboriosamente juntar unas tres cuartas partes del recopilatorio. Pero algunas piezas eran imposibles de localizar y en otras era imposible tener la certeza de haber logrado rastrear la versión elegida por Giddins.

Años después, al participar con regularidad en el desaparecido (y llorado) blog “Expert Witness” de Christgau, uno de los miembros más activos de la comunidad me envió amablemente un enlace que me permitió por fin obtener el codiciado recopilatorio. Fue uno de esos momentos en los que la grandeza de la red se me apareció en todo su esplendor.

No voy a entrar a reseñar el contenido, que para eso está el texto de Giddins, ni a ponerle nota para alargar los dientes de los lectores, que para eso está la ditirámbica crítica de Christgau. Basta con decir que recomiendo encarecidamente su escucha (y lectura) a cualquier persona con orejas y con ganas de adentrarse o profundizar en un territorio tan poco conocido. Hay vanguardia, hay tradición, y hay temas que, para mi, ya han entrado en el panteón.

Lista completa en seis partes:

Parte 1 (1944-1959): http://i.mixcloud.com/CFy4Tk

Parte 2 (1960-1967): http://i.mixcloud.com/CGELsz

Parte 3 (1968-1976): http://i.mixcloud.com/CGGjdw

Parte 4 (1977-1985): http://i.mixcloud.com/CGKmgN

Parte 5 (1986-1993): http://i.mixcloud.com/CGP4Mw

Parte 6 (1994-2001): http://i.mixcloud.com/CG9Isq

Enlace para descargar texto completo (en la web del Village Voice solo está la mitad):

http://wp.me/a2laAR-rW

Lista (bastante) completa en youtube:

Monk y el reloj torcido

“Solía tener fobia a cuadros y cosas colgadas en una pared algo torcidas. Thelonious me curó. Clavó un reloj en la pared ligeramente angulado, justo lo suficiente para enfurecerme. Lo discutimos durante dos horas pero no me dejó corregirlo. Al final, me acostumbré. Ahora, cualquier cosa puede estar colgada con cualquier ángulo y no me molesta en absoluto.”     Nellie Monk

Una anécdota puede a veces ser mucho más explicativa que una retahíla de adjetivos y conceptos para transmitir una sensibilidad determinada. Esta cita, con la que Gary Giddins arranca su perfil de Thelonious Monk en el magnífico libro “Visions of Jazz. The First Century”, me parece muy reveladora de una estética que asume la inutilidad de aspirar a la perfección.

El mensaje es profundo y me parece extensible a disciplinas diferentes de aquella para la que se formuló. Así, en el mundo de la arquitectura, hay una tradición que va de la época clásica hasta nuestros días (pasando por Mies Van der Rohe) que busca la perfección a través del orden. Tramas, módulos, ejes y alineaciones son los mecanismos a los que se confía la bondad del diseño. Con frecuencia, el resultado son edificios “perfectos” (en el sentido gramatical de “totalmente acabados”) pero muertos, ya que su rígidez les impide asumir con naturalidad lo más característico de la naturaleza humana: el cambio, el crecimiento. La vida.

Calypso Exprés

El calypso, además del barco de Cousteau, es la música de Trinidad y Tobago, y algo mucho más cercano de lo que pudiéramos pensar. Propongo 10 paradas exprés (un “mini-mapa arbitrario” que diría Gary Giddins) para familiarizarse con el género en media hora escasa:

1. “Sedition Law”- King Radio (1940)  

  Un clásico intemporal. Una de esas que se te pegan al cortex y no puedes evitar canturrear. El sonido clásico del calypso, con sus características letras pegadas a la actualidad y de alto contenido político.

2. «Rum and Coca Cola”- Andrews Sisters (1946) 

Ya en 1946, los norteamericanos buscaban “inspiración” en los éxitos de Trinidad. A la canción le cambiaron una palabra aquí y allá para evitar pagar royalties a su autor, Lord Invader, que tuvo que pleitear duro para que se reconociesen sus derechos.  Litigios aparte, esta versión pop me parece estupenda.

3. «Banana Boat Song (Day O)» – Harry Belafonte (1956)     

 Fuera de Trinidad, la máxima estrella del calypso fue Harry Belafonte. Su disco del mismo nombre  (“Calypso”, 1956) tuvo un éxito arrollador, y algunos de sus éxitos reaparecen periódicamente. Los  de mi quinta conocimos esta canción por un anuncio de piña colada de una conocida marca de refrescos sin gas, otros por “Bitelchús”…Venga de donde venga, bienvenida sea.

4. “Saturday Night Blowout”- John Buddy Williams Band  (1956)    

Como buena música callejera,  me parece importante añadir un ejemplo de orquesta instrumental con público que transmita algo de la excitación del carnaval.

5. “Booboo Man”- Lord Melody (1956)    

 Increíble convertir en un gran éxito una letra sobre ser tan feo que asustas a tus propios hijos.  Cosas del calypso.

6. “Coconut Woman”- Harry Belafonte (1957)   

  Como siempre, los puristas echan pestes pero yo lo encuentro irresistible (me mata la despedida    “bye-by-by-by-by-bye-bye-by-by-by-bye”).

7. “No Crime, no Law”- Lord Commander (1959)   

Una velocidad vertiginosa comparada con el habitual “ritmo tropical” pero es que el comandante tiene algo importante que decir. Sin crimen, no hace falta ley y a las fuerzas del orden (policía, jueces…) les conviene que la delincuencia no decaiga porque ¡perderían sus trabajos!.

 8. “He no dead yet”- King Fighter (1962)   

Aunque por lo festivo de la música nadie lo diría, esta canción relata el triste episodio de peleas entre hermanos por la futura herencia en el mismo lecho de muerte de su padre.  Sólo el cantante  se avergüenza y les grita “¡Eh, que áun no ha muerto!.

 9. “If you want to be happy”- Jimmy Soul (1963)    

 Uno de los grandes éxitos de los 60 que, por lo familiar, tardé mucho en identificar como calypso.  Una vez más, rabiosamente deslenguado (“Si quieres ser feliz para el resto de tu días, cásate con una mujer fea…”). Lo incluyo, más que por su calidad, como ejemplo de que no hace falta buscar calypsos “en montañas muy lejanas ni desiertos muy remotos” porque a veces el ritmo se mete de lleno en el “hit-parade”.

10. “Congoman”- Mighty Sparrow (1964)   

“Envidio al Congoman porque come hasta inflarse la barriga y yo aún nunca he probado carne de blanco”.  El Poderoso Gorrión nos proporciona el antídoto perfecto a la corrección política con esta oda al canibalismo inter-racial.

Nota 1: 

Como no me aclaro mucho con la tecnología, he montado una lista en grooveshark con la secuencia completa: http://grooveshark.com/#!/playlist/Calypso+101/69410802   Espero encontrar pronto alguna forma más sencilla de compartir la música de la que hable. 

Nota 2: 

Para los que tengan ganas de profundizar un poco más, 4 de estos 10 temas están incluidos en el CD “Calypso Awakening” de Smithsonian/Folkways que recopila varios elepés de Cook Records de finales de los 50-principios de los 60. Junto a “Calypsos From Trinidad: Politics, Intrigue and Violence in the 1930’s” de Arhoolie Records, me parece una buena introducción a este ritmo. Y si el gusanillo sigue picando, hay varios cedés excelentes de Rounder Records con grabaciones históricas (“Calypso Breakaway”, “Calypso Carnival” y “Calypso Pioneers”) antes de empezar con discos enteros de algún artista (“Mighty Sparrow vol.1”, Ice Records). Para los que “naden en ambulancia” hay una documentadísima (incluye un excelente libro de 316 páginas) pero un pelín excesiva, caja de 10cds “West Indian Rhythm” de Bear Family. Yo conseguí la mía a 1/3 del precio después de rebuscar durante años en ebay. 

Nota 3:  

Como sucede con algunos jazzmen (Duke Ellington, Count Basie, Earl Hines, Nat King Cole…), músicos africanos (Chief Stephen Osita Osadebe, King Sunny Ade…) y raperos ( GrandMaster Flash, Notorious Big…),  llama la atención el amor de los calypsonianos (Lord por aquí, Mighty por allá..) por ponerse apodos “molones” que aludan a la aristocracia u otras formas de poder.