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El hombre misterioso

Uno de los primeros discos africanos que, para entendernos, podía escuchar como si fuesen los Clash, fue la reedición de las casetes de Etoile de Dakar. Ver que, más allá de las diferencias de idioma y cultura, aquello era una música tan juvenil, desinhibida y desbordante de energía como el rock and roll, que por aquel entonces monopolizaba mi atención, fue toda una revelación.

Aunque mis favoritos fuesen otros (Jalo, My Wa Wa, Xalis…), enseguida me intrigó un tema titulado “El hombre misterioso” y cantado en un macarrónico afroñol que me recordó cómo el “you-ain’t-no-friend-of-mine” del “Hound Dog” de Elvis se transformaba, cuando lo aullábamos de niños, en “yuéi-no-pueido-más”.

El mismo entusiasmo que nosotros teníamos por una música cuyas letras no entendíamos, pero berreábamos-el rock and roll-, atrapó a la juventud africana de los sesenta, que veneraba a Beny Moré, el Trio Matamoros y demás clásicos de la musica negra del otro lado del charco, y muy especialmente, cubana. En su caso, además, la afinidad cultural era mayor, ya que aquellos músicos de ultramar, descendientes de esclavos africanos, compartían, a veces literalmente, su ADN.

Con el tiempo, fui encontrando numerosos ejemplos de este ir y venir entre África y América, pero “El hombre misterioso” fue el primero, y me permitió intuir la maraña de influencias entre culturas musicales que tendemos a ver como compartimentos estancos (quizás otro día podamos ver algún ejemplo del proceso paralelo Caribe-Europa, del Son a la Rumba Catalana, del “Qué Mala Suerte la Mía de “El Jibarito de Lares” al de “Los Amaya”; o de la influencia de James Brown o el reggae en el afro-pop).

Y volviendo a Etoile de Dakar, aunque hoy en día el grupo sea recordado sobretodo por contar con un bisoño Youssou N’Dour en sus filas, la realidad es que era un colectivo de entre diez y quince músicos  desbordantes de talento- Eric M’Backe N’Doye, era nominalmente el líder del grupo y canta está canción, y El Hadji Haye, con la escisión Etoile 2000, creó el tema por excelencia de la música de garaje africana, “Boubou N’Gary”-:

Hace unos meses, mi amigo Pit me envió desde la República Dominicana la versión original del tema, interpretado por el Dúo Los Ahijados (los hermanos Cuco y Martín Valoy), lo que me permitió entender que “p’alantero” era “parrandero”, que el son no sólo se toca en Cuba, y que el hombre misterioso era el autoproclamado “Rey de las Mujeres”: