Algunos arquitectos piensan que su objetivo es construir el mejor edificio posible y que los dibujos y maquetas que elaboran para depurar soluciones espaciales o constructivas son únicamente una herramienta.
Otros consideran que estos modelos gráficos o espaciales son un producto en sí mismo -de igual o mayor importancia que el edificio final- y que la documentación de sus procesos creativos es una parte fundamental de su trabajo.
La exposición de Thom Mayne/Morphosis en el Museo Franz Mayer es un ejemplo perfecto de esta segunda actitud. La manera de presentar las secuencias de maquetas de trabajo, ordenadas y numeradas en cajas con tapas de vidrio evocan las cajas de artistas como Joseph Cornell, los modelos urbanos parecen representar futuros distópicos, los planos se superponen con fotomontajes pop y se numeran como creaciones artísticas seriadas para su venta. Algunos dibujos son realmente hermosos y recuerdan el trabajo de visionarios como Lebbeus Woods.
Pero no hay ni una sola imagen de edificios terminados que explique cómo las ensoñaciones gráficas devienen pesadillas construidas.
Cornell te gradecería mucho que lo nombrases. Y, efectivamente, construir es una pesadilla.
¡Salud!
La relación está bastante traída por los pelos….pero no se me ocurrió otro ejemplo mejor de caja da artista con tapa de cristal y objetos incongruentes. ¡Saludos!