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La casa de Barragán en la playa

majagua
Playa de Majagua. Colima

Aunque soy un buen aficionado a la obra de Barragán y he leído al menos media docena de libros sobre él, no recuerdo haber oído hablar de la misteriosa casa que se construyó en una playa del Pacífico a mediados de la década de los 50. Fue leyendo anoche el capítulo dedicado al regionalismo en «La arquitectura mexicana del siglo XX» (Fernando González Gortázar. Lecturas Mexicanas, 1996) donde la siguiente referencia -al hilo de una discutible argumentación sobre la influencia de Mies en Barragán- me hizo dar un respingo:

«Hay obras en las que esto se vuelve aún más evidente: la entrada del Pedregal o la capilla abierta de Lomas Verdes, por ejemplo, o la extraordinaria y destruida casa en Majahua, en la costa de Colima, con sus muros de hojas de palma y sus estancias y terrazas con piso de arena

A ver si va a resultar que la imagen del devoto que medita contemplando su jardín desde su solitario refugio es una burda simplificación y Barragán era también un hedonista aficionado a la playa y el sol.

Al bucear por la red encontré estas referencias dispersas:

«En Colima, en la Bahía de Majagua, están las ruinas —muy fácilmente restaurables— de la casa que Barragán construyó para sí mismo. Copropiedad actualmente de unos conocidos arquitectos locales, resulta incomprensible la persistencia del abandono de una de las obras más significativas y originales de la carrera de Barragán.» (Hernán Porras. «El  Informador» 01.05.2016)

«Del mirador bajamos a la casa de Majagua, que disfrutó la familia Bustamante, obra de Luis Barragán, con generosos corredores, vanos y patios. Entramos por la casa de servicio, unos muros de ladrillo, separados y parados de canto a 45° daban luz y ventilación a su patio. Cinco peldaños nos llevaron a un amplio pasillo de la casa, de planta rectangular, de dos pisos, que fue cubierta a dos aguas, grandes vanos se asomaban a la exuberante vegetación vecina, dominando el follaje de parotas. El primer piso comprendía: la cocina, un baño, comedor y sala, espacio abrazado por los dos niveles. El segundo, las recámaras, con grandes ventanas, la principal con balcón. En el lado norte de la casa estaba el inmenso jardín, delimitado por bardas, con dos albercas aledañas a la casa, una grande, cuadrada y escalonada y una chica, rectangular y con escalera, en todo su costado poniente, lado corto. Sombreadas por una añeja higuera. Nos sentamos al pie de la higuera a contemplar los detalles de la obra de Barragán, con agradables y amplios espacios, sencillamente relajantes. De la casa bajamos a la paradisíaca playa…»  (Hernán Porras. «El  Informador» 01.05.2016)

 «Algún día hace años entramos por la brecha que conduce a un fraccionamiento sui géneris, pensado por unos arquitectos tapatíos como un proyecto de comunión con el entorno. Es casi más devoción que negocio. Devoción al mar y a unas ruinas, huellas de una presencia, la del arquitecto jalisciense. Hace medio siglo quizá, otro devoto le obsequió allí un terreno para fincar una casa de playa. No pegado a las olas, pero suficientemente cerca de la arena. De su recámara, queda el hueco de la ventana, justo como un marco para la contemplación de un alto cerro a lo lejos. Del jardín, leves bardas de cemento pulido, el invencible rojo óxido de algunos muros, la amplitud del horizonte, el resto de lo que debió ser un patio para gozar de los árboles y del aire de la tarde, bajo la húmeda sombra del trópico.» (María Guadalupe Morfín. «Las huellas de Barragán» 03.07.2002)

«Hacia 1954 realiza Barragán el último intento de construir otra casa propia. Adquiere varias propiedades en la costa del Pacífico, en la playa de Majahua, creo que conocida por sus tiburones, en el estado de Colima, en una zona que pretendía urbanizar. Allí construye una “casa preciosa”, con “muros de hojas de palma” y “piso de arena”, para su disfrute personal, que desaparece por un incendio años después, pero confirma una vez más el empeño del arquitecto por construir un sitio donde vivir.» (Anna Martínez Durán. «La casa del arquitecto» Tesis doctoral 2007)

Pero ninguna de estas evocadoras descripciones iba acompañadas de imágenes y mi curiosidad no ha hecho más que aumentar.

¿Alguien tiene algún plano o fotografía de la casa de Barragán en Majagua que pueda amablemente compartir para poder profundizar en la -para mí- desconocida faceta hedonista de este  arquitecto ensimismado ?

Nota:

Gracias a un amable lector, he conseguido fotografías recientes de la misteriosa casa. Ver «La casa de Barragán en la playa (2)»