“Cuando tenía 17 o 18 años, hice un retrato a mi madre y, al centrarme en ella con tanta atención, me di cuenta de que nunca había sabido de verdad qué aspecto tenía mi madre, de que su apariencia se había fijado de cierta manera en mi mente y que, como consecuencia, ya no podía verla realmente al mirarla. Si no podía reconocer ni a mi propia madre, es obvio que no había estado prestando mucha atención.
No podía verla tal y como ella existía en ese momento hasta que le presté verdadera atención cuando decidí dibujarla. Lo que almacenaba en mi mente era el resultado de la acumulación de todos mis encuentros con ella. Mi asunción es que construimos un repositorio de ideas preconcebidas acerca de todo y que eso se convierte en la base de nuestras vidas. Después, de vez en cuando, quizás gracias a la meditación o al arte, podemos ver con ojos limpios y sin la interferencia de nuestra historia”
Milton Glaser “Conversaciones con Peter Mayer”. GG 2016
“Es esencial para un arquitecto saber cómo ver: quiero decir, ver de tal manera que la visión no se encuentre dominada por el análisis racional (…) El difícil arte de ver con inocencia”
Luis Barragán “El arte de ver con inocencia”.UNAM 1989
Nota:
Esta idea ya ha aparecido con anterioridad en el blog. Ver con inocencia, eliminar todo lo que se interpone entre el ojo y lo observado es también lo que buscaba Sánchez Ferlosio al rogar que las lágrimas limpiaran sus ojos para poder ver el campo (en vez de “un paisaje”) o Knausgard añorando una infancia perdida en que los árboles eran árboles y no “árboles”.