
“Hay una razón climática para que Italia sea el paraíso de los escultores, Francia el de los pintores al óleo e Inglaterra el de los acuarelistas.
El color en los trópicos debe ser más fuerte que en Occidente. La luz solar degrada los colores a menos que sean permanentes como azulejos y mosaicos. El sol aplana, decolora y erosiona las cosas, y dirige los ojos hacia lo que ocurre en la sombra; y la estética confirma lo que el clima dicta ya que, bajo la sombra, los colores vivos brillan y perduran”
(“The aesthetics of humid tropics”. Maxwell Fry, Jane Drew. 1956)