
“Hay una razón climática para que Italia sea el paraíso de los escultores, Francia el de los pintores al óleo e Inglaterra el de los acuarelistas.
El color en los trópicos debe ser más fuerte que en Occidente. La luz solar degrada los colores a menos que sean permanentes como azulejos y mosaicos. El sol aplana, decolora y erosiona las cosas, y dirige los ojos hacia lo que ocurre en la sombra; y la estética confirma lo que el clima dicta ya que, bajo la sombra, los colores vivos brillan y perduran”
(“The aesthetics of humid tropics”. Maxwell Fry, Jane Drew. 1956)
Espectacular! ♥
No puedo estar de acuerdo con el primer párrafo de Fray y Drew de esta entrada. A mi juicio, y sin ánimo de polemizar, la escultura contemporánea es más bien británica, históricamente la pintura además de italiana es española y Francia, con franqueza, es país de escritores y hace tiempo lo fue de pintores, ahora no.
Todas las generalizaciones son discutibles e imagino que pensarían más en términos históricos que contemporáneos, y a mí también me escama que ignoren la pintura española; pero -para mí- la parte interesante de la cita es la segunda, la del sol, la sombra y los colores vivos. Y en el tiempo que llevo en México, he visto una osadía en el uso del color impensable en, por ejemplo, Galicia.
Tampoco estoy yo de acuerdo con Fray y Drew: el poner en oposición a «Occidente» con los «trópicos» es una sorprendente simpleza.
Lo del colorido de México es realmente llamativo, pero pienso que es un rasgo cultural típicamente mexicano: países como Japón tienen al respecto una cultura antitética, y no andan lejos de trópico..
Por otra parte hay muchos pueblos en países escandinavos cuyas casas tienen tantos colores como la bandera LGTBI y, en cambio, los soleados pueblos de la Toscana son tan ocres como los uniformes de los Regulares de Ceuta.
Quizá las cosas son más complejas de lo que el determinismo geográfico nos da a entender¿No crees?
De acuerdo contigo y también con el segundo párrafo. Incluso mi comentario peca de generalización.
Sin duda tienes razón, Javier. Fry y Drew fueron pioneros de eso que ahora llamamos sostenibilidad, el arte de adaptar la arquitectura moderna «fase heróica» al clima (en su caso, de Nigeria y Ghana) y -pese a lo avanzado que fue su obra- sus palabras reflejan inevitablemente la concepción simplista (y colonial) del momento y lugar en que se escribieron (África, años 50). Coincido contigo en lo absurdo de pretender encontrar un determinismo climático -y tus ejemplos son elocuentes- pero cuando leí ese párrafo escrito en otra época y continente, la síntesis de sol, sombra, colores vivos y erosión resonó con tal fuerza con mi propia experiencia mexicana que no puedo evitar pensar que tal vez haya «algo» ahí. Tendré que darle más vueltas…