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¿Y si sustituimos La Moda por Dios?

pawson novy dvur

En su recomendable libro «Menos es suficiente«, Pier Vittorio Aureli carga contra el falso ascetismo de John Pawson (y Peter Zumthor y Steve Jobs) apoyándose en una entrevista con uno de los monjes que le encargaron a Pawson el diseño del monasterio de Novy Dvur en la República Checa tras extasiarse con su tienda de Calvin Klein en Nueva York:

 En 1999 me fascinó el anuncio de que el arquitecto minimalista John Pawson había diseñado un monasterio cisterciense

– ¿Le fascinó la vida monástica o la arquitectura minimalista?

Es que son la pareja perfecta. El arquitecto sirve a un propósito elevado y, a cambio, el estilo de vida sencillo de sus clientes valida la arquitectura

– ¿No es siempre así? ¿No cree que sucede lo mismo cuando un arquitecto diseña una casa lujosa para un famoso?

Me impresiona que, siendo monjes, tuviesen ustedes la idea de elegir a John Pawson

– Uno de nosotros entró por azar en la tienda de Calvin Klein en Nueva York -que había diseñado John-. Era tan pura que nada distraía la atención del producto, era el consumo llevado a un nivel religioso. ¿No saldría un monasterio maravilloso si sustituyésemos la Moda por Dios?

 Aureli cita como fuente el blog «The Unknown Hipster» y al visitarlo para leer la entrevista completa, veo una nota al final -que al autor parece habérsele escapado u omite mencionar- indicando que la entrevista es «unreal«.

Sea ficticia o sencillamente increíble (dos posibles acepciones de «unreal«) la conversación resulta impagable como caricatura del supuesto ascetismo de los minimalistas y de la curiosa relación entre moda y trascendencia, entre el comercio y la religión.

Nota:

aureliEl ensayo de Aureli reflexiona entorno al ascetismo y la vida en comunidad, desde sus orígenes monásticos hasta el auge actual de las micro-viviendas con servicios comunes compartidos (provocado por la precariedad inherente a esta era del capitalismo en lugar de buscado por el habitante, como el autor desearía) . Además de desenmascarar el discutible ascetismo del «minimalismo», Aureli revisa interesantes precedentes de Serlio y Hannes Meyer, la obra del artista Absalon y algunas reflexiones proféticas del nómada Walter Benjamin componiendo un texto interesante al que, en mi opinión, le falta la garra de un auténtico panfleto provocador y más bien parece el esbozo de una obra  mayor que espero algún día llegue a escribir.