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Lucinda en el Capitol

lucinda williams liveSe anunciaba como “Una velada íntima con Lucinda Williams” y los que la queremos tanto por su garra como por su corazón temíamos que este último acaparase todo el protagonismo.

Afortunadamente, en vez de venir acompañada únicamente del virguero guitarrista Doug Pettibone, se trajo también al desenvuelto bajista Dave Sutton que, cuando era necesario, se encargaba de añadir unos toques de percusión golpeando la caja de su instrumento con el puño cerrado, lo que permitió que el trío de cuerda sonase como una banda completa.

El magnífico sonido permitía apreciar todos los matices de las inflexiones de voz de Lucinda y de los punteos de Pettibone con su arsenal de guitarras, mandolinas y pedal-steels que nos llevaron a Pineola, Greenville, West Memphis y otros lugares de ese sur omnipresente en el cancionero de Williams.

Un repertorio equilibrado y perfectamente medido -con clásicos de la casa, versiones (estupenda esa revisión del “Hard times killing floor” de Skip James que le sirvió para trazar el paralelismo entre la gran depresión y la actual gran recesión) y algunos temas nuevos que demuestran que tras tres décadas de carrera, queda Lucinda para rato.

Si pasa por su ciudad, no se la pierdan.

El ángel borracho

Conocí al “ángel borracho” la noche del 29 de noviembre de 1989 en la piscina interior de un cutre motel de las afueras de Minneapolis adonde me había desplazado desde Cable, Wisonsin para asistir a mi primera “última oportunidad” de ver a sus satánicas majestades.

Fue horas después de la decepcionante experiencia, durante un chapuzón nocturno, cuando me resultó imposible no fijarme en un grupo de orondos barbudos que bebían en una esquina acompañados por una sentida música que acabó picando mi curiosidad. Me armé de valor y me acerqué a preguntarles qué era aquello que sonaba.

Curiosamente, resultaron ser los curtidos “pipas” de los Rolling y mil otras bandas, y debió hacerles cierta gracia que un acnéico adolescente español se interesase por lo mismo que ellos, ya que, tras contarme sus batallitas en la carretera, acabaron regalándome una zurrada camiseta de los Replacements y vendiéndome una copia de la cinta “Live at the Austin Outhouse (and not there)” que seguía sonando en bucle. Así entró en mi vida  Blaze Foley, que había muerto tiroteado sólo unos meses atrás.

Acabé desgástando tanto la camiseta, que me facilitó el difícil respeto de los rebeldes del instituto, como la cinta,  que grabó  definitivamente en mi cortex “Oval Room”, “If I could only fly”,  la simpática parodia de Dylan “Blaze Foley´s 113th Wet Dream” (…we made it to it/ we made it in it/she would not let me rest a minute...) o “Clay Pigeons”, :

Contra todo pronóstico, aquel artista alcoholizado y bondadoso (1$ de cada cinta iba a una asociación de ayuda a los sin techo que le había acogido), que tuneaba sus zapatos y abrigos con cinta americana, acabó ganando póstumamente un cierto estatus de culto.

Sus canciones las tocaron desde Merle Haggard hasta Lyle Lovett o John Prine, la cinta se reeditó (en 2 cedés y, por cierto, con una más que discutible instrumentación añadida), se rescataron ignotos trabajos anteriores, se hicieron documentales… y la gran Lucinda Williams, que lo trató personalmente, le dedicó “Drunken Angel”.

Ángeles de tugurio

De todos los géneros musicales que corren por el mundo adelante, el country es quizás el más incomprendido e infravalorado. Para muchos representa lo peor de la cultura rural norteamericana (tradicionalismo, machismo,integrismo religioso, horterismo…) y aunque, con la popularidad de eso que los modernos llaman tontamente “americana”, la versión más oscura y llorona ha ganado cierta credibilidad, sigue siendo visto con  recelo y  aprensión. Reconozco que a mí también me costó mucho más entrar que en el blues, soul, funk…pero, de hecho, la música es un continuo y no una serie de compartimentos estancos (recordemos por ejemplo que el bramido de Howlin’ Wolf nació como imitación del yodel de Jimmie Rodgers, o que algunas de las primeras grabaciones de música negra incluían violines) y avanzar en su conocimiento consiste básicamente en irse desprendiendo de prejuicios. Ahora es una parte más de mi dieta musical y he pensado que una buena manera de iniciar a los más reticentes podría ser una selección de canciones “country” interpretadas por mujeres (honky tonk angels). Vamos allá:

Carter Family- “Single Girl, Married Girl” (1927)

Los pioneros de la música country ponderan las ventajas y desventajas de los diferentes estados civiles:

Rose Maddox&Brothers- “I wish I was a single girl again” (1951)

Y la conclusión a toro pasado-¡Como me gustaría volver a ser soltera!:

Kitty Wells- “Release Me” (1954)

Hay infinidad de versiones de este estándar, pero mis dos favoritas son ésta y la lectura soul de Esther Phillips:

Brenda Lee- “Jambalaya” (1956)

La pequeña (en edad, que no en voz) Brenda Lee versionando al padre de la música country, Hank Williams.El single estaba en casa de mis abuelos y, sin saberlo, fue probablemente mi primer contacto con esta música (junto a las inmortales “When it’s springtime in Alaska it’s 40 below” de Johnny Horton y  «I can’t stop loving you» de Ray Charles):

Tammy Wynette- “Stand by your man” (1968)

Esta no es precisamente feminista pero es una canción muy bonita. ¡Y no os perdáis el peinado!:

Tracy Nelson- “I fall to pieces” (1969)

La cantante del olvidado grupo de los 60 “Mother Earth”, cantaba divinamente lo que le pusiesen delante. En 1969 se animó a grabar un maravilloso disco country, acompañada por el gran Scotty Moore y D.J. Fontana, guitarrista y batería respectivamente de muchas de las mejores sesiones del rey:

(Esta no está en youtube pero si en grooveshark, ver enlace en la nota final)

Dolly Parton- “I will always love you” (1973)

Aunque en España es más famosa por su poderosa delantera y sus papeles en películas como la espantosa “La casa más divertida de Texas”, Dolly Parton es una artista de primera fila que ha compuesto cantidad de clásicos y los canta como nadie.Sin ir más lejos, “I will always love you”- sí, la de “El guardaespaldas”- que resulta intolerable en la voz de la difunta Whitney hace equilibrio sobre la delgada linea entre lo hortera y lo sublime cuando la canta su autora Dolly:

Loretta Lynn- “The Pill” (1975)

Para los que acusan a la música country de inmovilista y reaccionaria aquí tenéis una oda a la píldora anticonceptiva (y, por cierto, una de las canciones del jukebox de la tienda Sex de Malcolm McLaren en Londres, donde se formaron los Sex Pistols):

Kate&Anna McGarrigle-“Heart like a Wheel” (1975)

Llamémosle folk, country o lo que queramos, siempre vale la pena escuchar a las canadienses hermanas McGarrigle:

Alison Krauss- “I will” (1992)

No cualquiera se atreve a hacer una versión country de los Beatles y sale victorioso:

Lucinda Williams- “I Lost It”(1998)

La verdad, no sabía cual elegir, de este disco (Car Wheels on a gravel road) me gustan absolutamente TODAS:

Nota: Para su comodidad, he montado una lista de reproducción en Grooveshark. Desgraciadamente, no tenían la salvaje “I wish I was a single girl again” de Rose Maddox y sus hermanos. La versión de “Heart like a Wheel” de youtube es una maqueta de 1971, la de grooveshark es la del disco debut.

Link lista de reproducción en grooveshark:

http://grooveshark.com/#!/playlist/Honky+Tonk+Angels/75297540