
En mi barrio hay árboles que producen tacos, árboles que producen bolsas llenas de excrementos de perro y árboles cortados en cuyos troncos puedes leer “aquí yace un hermano”.
Recientemente he detectado una nueva especie en la calle Miguel Schultz que empieza a producir bidones de plástico. Noche tras noche crece la cantidad de extraños frutos de colores que parecen caer siempre ordenadamente en el lado del tronco que da a la calzada.
Al ver esta mañana desde la acera de enfrente cómo uno de sus frutos marcaba el derecho exclusivo de uso de un lugar público de estacionamiento, me he dado cuenta de que, en su infinita generosidad, la madre naturaleza había mutado para hacer más fácil la vida de los viene-vienes, franeleros y gorrillas.
Una manera de contemplar estas aportaciones al paisaje urbano es bajo la consideración de instalaciones artísticas de carácter espontáneo que aportan ornamento a nuestras calles. Siempre hago fotos de este tipo de «aparato artístico» que posee un carácter que la arquitectura convencional no puede proporcionar. Quizá alguna de estas: https://luisordon.wordpress.com/2022/01/26/encuentros-en-la-calle/
guarden cierto parentesco con la que publicas hoy.
¡Salud, Iago!
Sí veo el parentesco entre acopios. A ver si más tarde cuelgo alguna foto de los «hermanos caídos». Gracias por comentar. ¡Saludos!