Desgraciadamente, está muy extendida la costumbre de “limpiar” las parcelas de cualquier elemento que pueda “estorbar” durante la construcción. Pero algunos arquitectos saben que esa roca o ese árbol son parte integral de ese lugar y no dudan en retorcer, quebrar o perforar sus construcciones para poder acomodarlos. Veamos algunos ejemplos.
Edificio en la Via Marchioni, Milán. Ignazio Gardella (1949-1954)
El edificio incorpora, mediante quiebros y perforaciones en las terrazas, una gran acacia. La colisión naturaleza-edificio tiene aquí un cierto toque surrealista.
Caesar Cottage, Lakeville (Connecticut). Marcel Breuer (1951)
«La casa evita perturbar el paisaje. El árbol crece a través de la estructura.» (Marcel Breuer, «Sun and Shadow», 1956)
Casa Villangómez, Sa Caleta (Ibiza). José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres Tur. (1987-1990)
El muro que cierra el patio se quiebra sutilmente hacia el interior para respetar el tronco de un pino.
Casa en Lège, Cap Ferret. Anne Lacaton y Jean-PhilippeVassal (1998)
El principio de conservar todos los pinos se respeta tan escrupulosamente que 6 de ellos atraviesan literalmente la casa.
Umha homenagem da precisom arquitectónica á liberdade natural, umha liçom de modéstia.
Obrigado polo comentário, Morquintiam. Efectivamente, penso que hai unha importante lección na actitude que reflexan estas obras.
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