Hay muy pocos héroes de la adolescencia que lo sigan siendo cuando hace ya tiempo que peinas canas o has empezado definitivamente a clarear. Y aún son muchos menos aquellos de los que no sólo te sigue apasionando la música que te marcó a esa edad sino con los que has ido creciendo y han acabado por ser una parte fundamental de la banda sonora de tu vida. Mi fascinación por Lou Reed empezó a los 13 años con el “Rock and roll animal” y el «Coney Island Baby» que nos ruló nuestro único tío roquero, y que me llevó a rastrear poco a poco todo el material de la Velvet que pude -desde el disco del plátano en el catálogo de Discoplay hasta las cintas póstumas “V.U” y “Another View” que tanto me acompañaron en mi año de estancia en el Wisonsin más rural-; el “Berlin” y “Transformer” que me grabé de la colección de la madre de un amigo; o el “New York” que nos demostró que a finales de los ochenta Lou seguía siendo tan “cool” como 20 años antes y que nos impresionó tanto que con 15 años cogimos el tren a Madrid para ver su concierto de esa gira en el Calderón (¡como telonero de Simple Minds!). A partir de entonces me lo encontraba por doquier, en las guitarras de los Feelies y Dream Syndicate o en las canciones de los Only Ones. Pero nunca lo tuve más cerca que tras una memorable actuación sobre el escenario del Palau de la Música durante la gira de “Magic&Loss”, cuando le esperé a la salida con unos cuantos pringados más con la esperanza de que nos firmara unos discos. Salió embozado en un abrigo, titubeó un momento, nos miró huidizamente, se metió en una furgo y desapareció en la noche.
lo comparto via twitter, gracias, muy lindas palabras
Gracias, Tony. Un dia triste.
Excelente.
Ánims Iago, de inmediato lembrei onte de tí cando souben da noticia, ficamos coa sua música, e non é pouca cousa! bico
Recuerdo perfectamente tu indignacion con lo del palau, con un artista tanto en el fondo como en la forma, que sabia ser un verdadero asshole cuando queria, y que siempre me dio la sensacion que era un personaje que llevaba una coraza encima para proteger su persona… Pero no pararse contigo y con los cuatro que estuvisteis aguanyando esperandolo horas en la calle…estuvo muy muy feo. Pero bueno
No le guardo ningún rencor. Genio y figura hasta la sepultura.
se me cortó y envió… (esto de los moviles! ;)…
decia que lo que importa de un artista es el personaje, ya que la persona nunca la podras conocer bajo la coraza que aquel se ponga… Y Lou Reed llevaba esa coraza, pero era un artista… un roquero de los pies a la cabeza… con una carrera muy larga.
Bueno, en realidad New York le redimió después de los años de oscuridad por la heroina y vete a saber que mas… Y dejó de ser el de la velvet y transformer, y compuso para mi, su mejor disco, ya que le hizo ya definitivamente libre… aunque fuera para tocar los cojones a quien no deberia, como a ti en el Palau, en la gira de su siguiente disco en solitario…
Y Iago, muy buena esa reaccion tan rápida!… muy profesional… como siempre! 😉
te cuelgo el post en mi facebook!… (como no tienes…) abrazo
Not a perfect day, Iago.
Pero la vida sigue…
Ignacio Julià
Muhcas gracias por el comentario, Ignacio. ¡Todo un honor que te pases por mi blog, tú que tantas cosas buenas me descubriste desde las páginas de Ruta 66!
Gracias por escribir este post.
Efectivamente Lou Reed formaba parte de la banda sonora de nuestra adolescencia. ¡Qué frikis! con quince años nos fuimos a Madrid a ver en directo la gira New York… Estábamos a sólo un mes de irnos a Estados Unidos para estudiar un año de bachillerato; tú a Wisconsin yo a Nebraska.
De aquella banda sonora formaban también parte Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Eddie Cochran… más propios de la generación anterior que de la nuestra. Pero de todos ellos, con los que más nos identificábamos como grupo de amigos eran, Johnny Cash, Lou Reed y el incombustible Bruce Springsteen.
Años intensos… ¡Qué tiempos!
Aproveitando que chove, pincharemos volvendo do traballo eso de «I really care a lot, although I look like I do not…for nobody like you». Onte antes de cear foi o Street Hassle, hai que ir-se despendido pouco a pouco. Bicos
Gracias a tí por el comentario, Yago. Que tiempos indeeed…
Parécen-me unhas escollas de primeira…Bicos e ánimo!
É o que hai…pero penso que ainda lle ficaban algúns bos discos dentro. Unha mágoa
Vexo que non eramos os únicos galegos no Calderón os cinco que fumos nun coche desde Ourense
Mui boas, Carlos! Que ilusión ter outro «routier» de paso por aquí. Unha aperta!
Muy buena entrada….
Tienes razón Ignacio, Lou fue un romántico: http://wordsandlyrics1972.blogspot.com.es/2013/11/lou-reed-adios.html