
Durante un paseo encontramos esta simpática alternativa a aquellos artificiosos «jardines verticales» que –desde que Herzog y De Meuron los popularizaron como decoración de la medianera de la plaza de acceso al Caixa Fórum de Madrid– se han convertido en un cliché de la arquitectura contemporánea que ha transformado medianeras de todo el planeta en carísimas vallas publicitarias que gritan «¡SOY SOSTENIBLE!».
Jardines colgantes de Babilonia.
Que gracioso! Mi madre, pionera en lo de la sostenibilidad sin saberlo: solo se decía » buena administradora» a las personas que a todo le daban un segundo o tercer valor, no lo tiraban y además ahorraban dinero para cosas más imprescindibles, hubiera disfrutando mucho viendo esta imagen.
Hubiera dicho: Tú ves, y luego me reñis porque hago macetas de cualquier cacharro!
Tiramos ya su colección de lavadoras de hélices viejas con arboles frutales dentro, que ella lucía con un orgullo en nuestro corral ( o patio de atrás para los que no conozcan el término)
Iago, eres estupendo!
Gracias Ángeles! Es una pena que se haya perdido la actitud de tu madre, que creo era bastante generalizada en la España de la escasez para zambullirnos de lleno en la era de la obsolescencia programada y el usar y tirar. Gracias por comentar!