Lee Perry (1936-2021)

Pensaba que el reggae sonaba todo igual. Que era música monótona y aburrida sólo apta para fumetas empedernidos y buenistas cumbayás. Que empezaba y terminaba con Marley. Hasta que conocí a «Scratch».

En 1995 fui de Erasmus a Paris y la gente con la que me junté eran fanáticos del género y uno de ellos, Manu, me prestó una cinta “Chicken Scratch” que me cambió la vida. Era reggae, ciertamente, pero de un tipo que nunca había escuchado. Canciones cortas y relativamente rápidas con coros y estribillos inolvidables que me recordaban el rhythm and blues de los 50 que tanto me gustaba. La cinta estaba a nombre de un tal Lee “Scratch” Perry (del que hasta entonces sólo conocía su trabajo como productor en el inmortal single «Complete Control» de mis adorados Clash) y, tras gastarla de tanto escucharla, pasé a buscar más de lo mismo.

Lo siguiente fueron los recopilatorios “Some of the Best” (que se abría con la inmortal “People Funny Boy”) y “The Upsetter Collection” (en el que ya aparecían locuras como “Bucky Skank” y ejemplos de sus míticas producciones de los 70 como “Words of My Mouth”). 

Ya de regreso en Barcelona fui haciéndome con una modesta colección de algunas de sus obras maestras en las fantásticas cajas que le dedicó Trojan a las legendarias producciones de su estudio Black Ark (“Open The Gate”, “Build the Ark”), “Arkology”) y algunos lps de sus experimentos dub («Blackboard Jungle«, «Super Ape«).

En algún momento del proceso compré la maravillosa guía “Rough Guide to Reggae” y tuve por fin la visión global que me permitió entender las diferentes fases de su trabajo (y que la banda que me había encandilado en “Chicken Scratch” eran los mismísimos Skatalites acompañando a Perry y las I-Threes). Eso inevitablemente me llevó a otros discos en los que había participado como productor (“Heart of the Congos”, “War Ina Babylon”, “Police and Thieves”….) y a reconciliarme con Marley y los Wailers a quienes produjo sus mejores sesiones.

Aún el año pasado me sorprendió -con más de 80 años- con el excelente “Rainford”, a la altura de sus mejores trabajos. Entre obras propias y producciones debo tener alrededor de una veintena y no tendría problema en hacerme con algunos más. Es uno de esos pocos artistas -como Armstrong, Ellington o Dylan- de los que es difícil tener demasiados discos.

Sólo lo ví una vez -de lejos- en la Rambla del Raval en unas fiestas de la Mercé de 2003, aunque había tanta gente que apenas se podía disfrutar del concierto. Ahora me arrepiento de haber dejado escapar la oportunidad de verlo en una sala pequeña aquí en México hace un par de años.

Descanse en paz el genio loco de la música jamaicana.

2 comentarios en “Lee Perry (1936-2021)

  1. Menuda potencia musical Jamaica, tanto patrimonio musical mas allá de Marley!
    Viva Lee Perry!

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