Categoría: fotografía
Antiguo Camino a Los Reyes

MID

Del «Roof Garden» a la azotea

«Town-Houses«, «Lofts» y demás inventos inmobiliarios anglosajones aún no han logrado evitar que la vista desde sus «Roof Gardens» y PHs («Pent-Houses«) esté puntuada por los tinacos, los tanques de gas y las jaulas de tendido de las azoteas de esas amenazadas vecindades donde las únicas «amenities» son las antenas parabólicas.
La isla intermitente

La vieja fortaleza se encuentra ahora ligada a tierra firme por un desangelado continuo de instalaciones portuarias -en el que se suceden silos, aduanas, depósitos, sórdidos canales, esqueletos de hormigón abandonados, grúas-puente y colosales pilas de contenedores- hasta que accedes al recinto y la fuerza de la arquitectura militar y el poder evocador de las texturas de los aparejos de fábrica y de las bóvedas de cañón con sus estalactitas salinas, y la increíble riqueza cromática de los desconchados muros que algún día fueron blancos y ocres consiguen que, por un momento, olvides el entorno y la isla vuelva a emerger solitaria frente a la costa jarocha.
Alabastro plástico

Rotoplas

Dos depósitos de agua tumbados al sol.
El viaje al centro

Este pabellón viajero nació en Pittsburg (en las acerías del señor Carnegie) para representar a México en la Exposición de Nueva Orleans de 1884, pasó temporadas en Chicago y Saint Louis, y encontró un acomodo provisional en la Alameda Central de la Ciudad de México antes de arraigar definitivamente en la colonia Santa María La Ribera.
Ahí, ubicado en el centro geométrico de su principal espacio público, este errante «Kiosko Morisco» de planta centralizada y estructura de hierro no sólo encontró su lugar sino que se ha convertido en el corazón del barrio y en el icono con el que tanto sus vecinos como el resto de la ciudad identifican la colonia, hasta el punto de resultar inimaginable en cualquier otro lugar. El centro de esos círculos concéntricos que forman su cúpula es ahora el centro físico y mental del barrio, su kilómetro cero.







