Un empacho de Dylan

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Aunque no haya ningún músico del que tenga todos los discos ni ningún escritor del que tenga todos los libros y me revienten los montajes del director y las re-ediciones de discos clásicos repletos de tomas falsas y versiones alternativas que no hacen más que diluir la fuerza del artefacto original, he seguido durante años la colección de descartes de Bob Dylan (“Bootleg Series”), un artista que aguanta sorprendentemente bien este tipo de escrutinio minucioso.

De los que he escuchado, entre los 12 volúmenes editados hasta la fecha, los más entretenidos –aparte de las fantásticas “Basement Tapes” que no compré porque ya tenía “A tree with roots”, y el mítico “Live 1966” al que le sobra el primer CD- son el primero (1961-1991) y el excelente “Tell Tale Signs (1989-2006)” porque ambos cubren un período amplio en lugar de centrarse obsesivamente en un único momento o sesión.

Por eso, el recién aparecido volumen “The Cutting Edge” -que se ofrece en versión “normal” de 2 CD, “de lujo” ¡de 6CD! y “de coleccionista” de ¡¡18 CD!!- aunque se centra en la época 1965-1966 (en la que grabó los inmortales “Bringing It All Back Home”, “Highway 61 revisited” y “Blonde On Blonde”)- me parece uno de los más flojos de la saga.

Únicamente me he atrevido a escuchar la edición de 2 CD que, pese a ahorrarme sufrir 17 tomas seguidas de “Can You Please Crawl Out Your Window?”  o 18 de “Just Like A Woman” , me ha resultado excesiva. No hay obras maestras perdidas; sólo versiones inferiores de clásicos que tienes incrustados en el cerebro desde la adolescencia y forman ya parte de ti. Y aunque la música sea con frecuencia excelente, la procesión de espectros, fragmentos y esbozos apenas aporta nada a las redondas versiones clásicas que con buen criterio eligieron en su día Dylan y los productores.

Mostrar el andamiaje de una obra, el sudor y las lágrimas que permitieron crearla puede tener interés académico pero en este caso, para mí, sólo sirve para restar magia al mito de aquel joven iluminado que parecía canalizar espontáneamente verdades reveladas y que, en el  mágico año y medio que cubren estos recopilatorios, cambió la historia de la música popular.

8 comentarios en “Un empacho de Dylan

  1. Cierto es que hay bocetos que contienen una chispa que luego se apaga un poco en las obras acabadas, pero de ahí a tanta exposición de dibujos germinales, la verdad es que huele a falta de imaginación de comisarios y abuso de productores. También suelo decir a los alumnos que la preparación de los guisos de Arguiñano suele ser más divertida que los platos que presenta a la mesa, así que como profesor siempre quiero ver el proceso. Pero una cosa es eso y otra que me entreguen las peladuras de patata en vez de los famosos platos adornados con perejil. Volviendo a Dylan y a la documentación, yo me quedé anonadado con la que mostró Scorsese en NO DIRECTION HOME. Supongo que no se te habrá pasado. Un cordial saludo.

  2. Ya tienen una edad y un bagaje que solo les queda gestionarlo con dignidad, e intereses, para que no se los robe los piratas de la red y los de las casi extintas casa discográficas.
    A Bowie le pasa igual, siempre está pensando en dejar una buena fortuna a sus herederos. Pero es que si no lo hacen…

  3. Gracias por comentar, Juan. Me apunto lo de Arguiñano y las peladuras que me parece un símil muy acertado para este artefacto (sobre todo en la versión de 18 CD). Por desgracia me perdí tanto «No Direction Home» como «I’m not there» (es lo que tiene no ser completista). Me han hablado muy bien de las dos y espero tener ocasión de verlas algún día (aunque con la BSO de «No Direction Home» me pasó un poco como con «The Cutting Edge»)). Y aprovecho para decirte que tengo esperando en casa «Ciertas cuitas sobre la ciudad incierta» y «El retablo de Ambasaguas» para cuando vuelva por Navidad.

  4. Sí. De hecho, he leído que la razón real de la edición del mamotreto de 18 cds es prorrogar los derechos de autor en Europa que estaban a punto de vencerse.

  5. No pierdas el tiempo con EL RETABLO a menos que estés interesado en hacer mi biopic. Son los descartes de mis primeros artículos para confeccionar UNA VOZ EN UN LUGAR, selección para la que no conseguí editor. CIERTAS CUITAS fue una selección de la selección que hizo el editor de Pepitas de Calabaza y que consiguió venderlos todos. O sea que no debe de ser muy mala pero sí algo vieja. Volviendo a Dylan y las dos pelis, yo vi primero I’m not there y me gustó mucho. Pero No Direction Home es mucho mejor, así que mejor verla después. Feliz Navidad.

  6. El biopic de momento no me lo he planteado pero en vista de lo que me gustó tu «Manual…» y tus varios blogs sí estoy muy interesado en conocer tus demás publicaciones Aunque sea por adelantado, Feliz Navidad a ti también!

  7. Buena entrada Iago. El completismo puede ser un mal vicio, los menos informados agradecemos estas razonadas críticas sobre este tipo de productos, voluminosos, atractivos, pero supongo que no siempre tan valiosos como pudiese parecer.
    Me voy a poner un poco de blonde on blonde a tu salud. Que no decaiga este blog de insuperable calidad, un abrazo!!

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