Aunque me parece que se abusa bastante de los pilares inclinados, comparto esta ingeniosa justificación de Gaudí que los aficionados a ellos podrán utilizar a conveniencia:
«Me preguntaron por qué hacía columnas inclinadas. Les respondí que por la misma razón que el caminante cansado, cuando se detiene, se apuntala con el bastón inclinado, porque si lo pusiese vertical no descansaría»
(de «El pensamente de Gaudí» de Isidre Puig Boada. DUXELM, 2004)
Para mí la mejor muestra de lo que describes es la lápida de la Atenea pensativa, tan hermosa en su arcaica imperfección. No dejes de echarle un vistazo
Excelente sugerencia, Javier. He cambiado la ilustración. Gracias!
genial!
Pensar y no caer (Ramón Andrés).
No lo conozco. ¿Me lo recomiendas?