El mundo bajo los párpados

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Soy alérgico al Ocultismo y el «New Age». Nunca me ha interesado ni la psicología, ni la interpretación de los sueños, ni la videncia, ni la curación mental de dolencias físicas, ni las visiones asociadas a las experiencias cercanas a la muerte; ni jamás me había preguntado dónde estamos cuando soñamos. Ignoraba que existiesen los onironautas y el sueño lúcido, que Hipnos  (el sueño) y Tanatos (la muerte) fuesen hijos de Nix (la noche) o que Asclepio y sus hijas Panacea e Higía fuesen las diosas de la curación (y que la gente peregrinase a sus santuarios a incubar sueños y así sanarse).

Apoyándose tanto en relatos históricos recurrentes como en mitos griegos, egipcios y orientales; en las visiones premonitorias de Nietzsche, Schopenhauer, Kafka o Mark Twain; en el trabajo conjunto de Jung y Pauli; o en las implicaciones de que la física que se acerca a la materia desde lo diminuto acepte con resignación las paradojas espacio-temporales y la posibilidad de la existencia de múltiples dimensiones, el autor de este hermoso ensayo consigue inocular en el lector una duda razonable sobre si eso que consideramos realidad, en lugar de restringirse a lo que percibimos por los sentidos, debería tal vez ampliarse a una visión de un mundo que integre lo psíquico y la conciencia y en el que presente, pasado y futuro pueden convivir simultáneamente (aunque sólo podamos acceder a esa realidad aumentada cuando soñamos o tenemos experiencias cercanas a la muerte).

Así, lo que a primera vista parece una investigación sobre el mundo de los sueños y los fenómenos, mitos y rituales asociados a ellos esconde en realidad una crítica radical de ese racionalismo que el autor considera simplista e intransigente por atribuir todo lo inexplicable al azar.

No es que vaya a abandonar de repente la tradición ilustrada que tan bien me ha servido hasta la fecha pero la lectura de este poderoso libro de Jacobo Siruela me ha hecho plantearme que tal vez las cosas no sean tan simples como pensaba. No se puede pedir más a un ensayo.

8 comentarios en “El mundo bajo los párpados

  1. Eu tamen me precio de ser bastante racional, irmán, pero non podo evitar sentir certo interés por estes temas cando están expresados dunha maneira divulgativa. E dende logo o pedestal no que está posta a ciencia e a súa característica soberbia son unha plaga, e mais no campo da medicina no que traballo. O racionalismo tamen pode ser mui sectario, pero non se pode reducir todo á ciencia. Por suposto sen deixar de poñer en evidencia todos os falabaratos new age, homeopatía, ….
    Ten mui boa pinta.

  2. Supoño que estes intereses tamén me veñen do meu vello inetrés polos paraisos artificiais, que entroncan directos con Jung, Fericgla, Escohotado e compañía…

  3. Alexo, eh eh, o racionalismo e a desmesura romántica som iramos gêmeos, sem esta nom há arte.

  4. O nosso substrato cultural em que nascemos tem duas raízes gêmeas:
    o racionalismo (Spinoza, Kant, Hegel…) e o romanticismo (Scopenhauer, Nietzsche…).
    Nietzsche remontou a disjuntiva à cultura helénica: espírito Apolíneo (norma, ordem) frente a espírito Dionisíaco (embriaguez). Pratiquemos a ordem, desfrutemos da embriaguez

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