Gracias a la amabilidad de Scalisto, he podido ver «Heart of a dog» de Laurie Anderson este fin de semana. No voy a re-escribir la reseña de la banda sonora porque, en esencia, la película es el disco ilustrado. Pero la omnipresente lluvia, los vídeos de seguridad reproducidos hacia atrás, los maltratados super-ochos de la infancia de la artista, las actuaciones benéficas de Lolabelle, los cielos azules e infinitos o invernales y recortados por las siluetas de los árboles, las imágenes quemadas de Lou en la playa o los hermosos dibujos de Laurie imaginando a Lolabelle en sus 49 días en el Bardo complementan a la perfección los monólogos y consiguen que, por una vez, el clásico lema de los vagos «casi mejor me espero a que salga la peli» tenga todo el sentido.