Nunca había pensado que un dj pudiese ser un verdadero artista hasta que conocí «Screaming Target» hace ya 20 años. Big Youth pincha sencillos de Leroy Smart, Gregory Isaacs o Dennis Brown, y los manipula para que sólo suenen gloriosos estribillos sueltos, intercalados con ritmos implacables sobre los que recita sus incompresibles meditaciones sobre Jah o Harry el Sucio. El contraste entre la belleza del fondo y los graznidos de Manley Augustus Buchanan da lugar a algo mucho mayor que la suma de las partes.
En la edición que yo tengo, además, la música suena por un canal y la voz por el otro, con lo que se puede presenciar el milagro cambiando el balance de uno a otro altavoz. Si escuchas sólo a Big Youth, parece un drogata o borracho desafinado. Si escuchas sólo la música, los ritmos son magníficos pero les falta algo. Juntos, la música resultante es una de las más maravillosas que ha producido la más musical de las islas (con permiso de Cuba).
Hace algunos años se reeditó el disco con las canciones que Buchanan había saqueado como extra. Hermosas como son, sigo prefiriendo las versiones de Big Youth. ¿Por qué será que tantas veces las obras de arte nos hablan más directamente cuando crean nuevas bellezas a partir de aristas, deformaciones y disonancias que cuando aspiran inocentemente a hacer algo bello?
Nota: Para los que tengan curiosidad por este género, hace ya bastante tiempo recopilé mis favoritos en una playlist.
Genial entrada. Me lo apunto
Gracias, Marina. Para mi es un clásico. De hecho, si hay tres discos que me hicieron ver que el reggae era mucho más que Marley fueron «King Tubby meets rockers uptown» de Augustus Pablo, la banda sonora de «The Harder they Come» y éste.
Perfecto. Me los voy a escuchar. Un abrazo enorme
Bestial!
Un fenómeno. Na miña opinión, os únicos djs xamaicanos que se lle acercan son o mais arcaico e melodioso pioneiro U-Roy e o Dr Alimantado, «the best dressed chicken in town».