Arquitectura y movimiento

Colaboración con AXYZ y Prompt Collective aportando los textos que sirven de inspiración para una serie de seis videos sobre temas de arquitectura. El cuarto texto debía tratar sobre «Arquitectura y Movimiento»:

MOTION from AXYZ design on Vimeo.

Las casas tráiler, las casas bote, las yurtas de los mongoles, los tipis indios, las fantasías sesenteras de ciudades que caminan, la Estrella de la Muerte, el caballo de Troya, esos edificios extravagantes que rotan siguiendo el sol o abren y cierran sus cubiertas, o la casa transportada por globos de “Up”, son excepciones raras. La arquitectura no suele moverse. 

Puede existir ilusión de movimiento cuando un edificio imita determinados efectos escultóricos, cuando tiene una composición tan orgánica que parece crecer a ojos del espectador, o cuando la tecnología permite proyectar sobre él todo tipo de formas y colores. Pero la arquitectura continúa quieta.

Sólo la naturaleza (la lluvia al brotar desde una gárgola o correr desbocada por un canalón, las nubes que se reflejan en un muro de vidrio, la vegetación que se mece con una ráfaga de viento, el sol al proyectar sombras cambiantes, el agua que refleja con un suave balanceo el reflejo distorsionado de un edificio); o la actividad humana (al aglomerarse en los accesos a determinadas horas del día, al activar una puerta automática, al proyectar su silueta contra un estor, al calentarse con fuego que sale en forma de humo por una chimenea, al tender y recoger la ropa en un patio, al abrir y cerrar una ventana, al proteger su intimidad corriendo unas cortinas, al dejar encendido un televisor que hace palpitar la penumbra de la estancia, al salir a fumar a un balcón o al prender y apagar las luces de una fachada que parecía muda) pueden animar momentáneamente lo que es inerte produciendo una fugaz vibración sobre un fondo tozudamente estático.

A veces, la arquitectura logra perdurar adaptándose a nuevos usos mediante cambios muy importantes -demoliciones, añadidos-  pero este movimiento es tan lento que tampoco lo percibimos. Sólo el antes y el después.

Cuando no se adapta, todo lo que era móvil (puentes levadizos, muros llorones, aspas de molino, norias de agua, toldos retráctiles, persianas corredizas, lamas orientables, ventanas de proyección o guillotina, veletas, puertas giratorias, pendones y banderolas) va poco a poco degradándose, desprendiéndose de la estructura y desapareciendo. 

Hasta que sólo queda lo inmóvil.

La ruina.

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