
“The mission of an architect is to help people understand how to make life more beautiful, the world a better one for living in, and to give reason, rhyme, and meaning to life.” – FRANK LLOYD WRIGHT, 1957
No contribuiremos a hacer del mundo un lugar mejor para vivir, ni de la vida algo más hermoso y lleno de sentido con una arquitectura inerte. Necesitamos:
Una arquitectura arraigada.
Una arquitectura capaz de crecer con naturalidad.
Una arquitectura reciclable.
Una arquitectura sana.
Una arquitectura que sea más un proceso que un producto.
Una arquitectura que respire.
Una arquitectura que interactúe con el sol, el viento y la lluvia.
Una arquitectura que active el espacio público que la rodea.
Una arquitectura que nos hable.
Una arquitectura sensual, atenta al tacto, al olfato y al oído.
Una arquitectura que sea caja y no estuche, donde el lugar de cada actividad no esté estrictamente determinado, donde podamos llevar una vida menos encorsetada, más libre.
Una arquitectura que envejezca con dignidad, a la que el tiempo cubra de pátina y no de suciedad.
Una arquitectura que resulte más interesante habitada que vacía.
Una arquitectura que nos haga sentir más vivos.
Una arquitectura viviente.
Umha arquitectura humanista, afastada de alardes exibicionistas
Mucha palabreriay y poca Arquitectura