Autor: iago lópez

Krautrock Sampler

Por un increíble golpe de suerte, conseguí hace un par de semanas, en la librería inglesa de Gracia de segunda mano, el mítico libro de Julian Cope sobre Krautrock por menos de 5 euros. Aunque el género no me atrae demasiado (las epopeyas de una cara completa de elepé siempre me han tirado para atrás, y nunca he buscado que la música me ayude a viajar astralmente), me picó la curiosidad y como me constaba que andaba bastante buscado en según qué círculos, pensé que siempre podría deshacerme de él llegado el caso.

Es un librito pequeño, de menos de 130 páginas, que tiene ya casi 20 años (es de 1995) pero que fue el responsable de que se empezasen a reeditar todas las obras magnas de la Kosmische Musik.

Pues bien, pese a mi prevención contra el género y contra el autor-famoso por su amor por druidas,megalitos, brebajes alucinógenos y psicodelia- del que recuerdo sólo haber tenido hace años el recopilatorio “Floored Genius” (¿donde andará?) de las que me gustaban “Reward” y “Beautiful Love” con sus trompetillas, debo decir que he disfrutado enormemente la lectura del opúsculo y hasta es posible que algún día me atreva a agenciarme algún disco de Amon Duul II, Ash Ra Tempel, Neu, Faust, Can y compañía.

Tiene todo lo que un buen libro de música popular debe tener. Transmite vívidamente la pasión del autor por el género, explica su génesis, evolución y momentos estelares (desde Stockhausen,  los Monks y las base norteamericanas en la Alemania de posguerra, hasta su relación directa con Dalí o Timothy Leary). Está muy bien escrito mezclando datos eruditos, con imaginativas descripciones de la música e hilarantes observaciones estéticas/sociológicas (comparación entre el peinado de los Troggs y el de los Stooges, sin ir más lejos) y contiene una práctica guía de iniciación con 50 discos recomendados y comentados.

Ojalá tuviésemos libros parecidos sobre otros géneros  musicales.

Nota: El libro es muy “caro de ver”, pero circula por la red un pdf de fácil acceso y he visto enlaces a una lista de reproducción en Spotify con los 50 discos que Cope recomienda.Existen traducciones al francés y alemán y, si alguien se anima a editar una versión en español, me ofrezco para intentar traducir la diabólica prosa del druida.

Nota 2: Cope ha escrito también recientemente un libro semejante sobre rock japonés (Japrocksampler) y tiene en su página web “Head Heritage” interesantes guías/listas de reproducción comentadas sobre “Detroit Rock”:

http://www.headheritage.co.uk/unsung/feature/detroitrocksampler/

Y su personal interpretación de “Hard Rock” :

http://www.headheritage.co.uk/unsung/feature/hardrocksampler

Cubanos postizos

Aunque por esas cosas de la crisis ya no vamos tan a menudo a conciertos como antaño, esta vez la cita era  inexcusable (como Randy Newman en Badalona o los Mekons en los caprichos del Apolo). Tocaba Marc Ribot con sus Cubanos Postizos en el pequeño local del Centro Tradicionarius de Gracia y, como además de ser toda una leyenda como mercenario de las seis cuerdas (el Rain Dogs de Tom Waits no sería lo mismo sin él) me gustan mucho los dos discos de esta formación, la tentación era irresistible.

Y no defraudó las expectativas. Acompañado por Anthony Coleman al órgano Farfisa, Brad Jones al bajo, EJ Rodríguez a la batería y Horacio “El Negro” Fernández a los cueros consiguieron crear  magia: una música bailable y libre a la vez, con ritmos irresistibles que anclaban las maravillosas improvisaciones de la guitarra y el órgano. Una auténtica fiesta basada en las composiciones del gran Arsenio Rodríguez (No me llores más, La vida es sueño, Dame un cachito pa güelé…) en la que pasaban sin solución de continuidad de pasajes tranquilos con el público mudo para no perder detalle hasta salvajes improvisaciones en los que la excitación ponía a la audiencia a bailar y aullar.

El sonido empezó siendo catastrófico pero fue mejorando-gracias a las constantes señas de Ribot a los técnicos-a medida que avanzaba la noche. Me llamó la atención lo anecdóticas que eran las partes vocales (en el español macarrónico de Ribot o en los coros de su base rítmica) y como la música se bastaba y sobraba.

Un concierto redondo, con bises y todo, en el que sólo eché de menos “Carmela dame la llave” ( …no quiero pasar otra noche solito en la calle…):

Nota: Además de no perdérselo si pasa por vuestra ciudad (mañana en Donostia, mismamente), si os gusta esta música libre, pero de raíz latina, recomiendo los dos excelentes discos de los Latin Playboys. Y aunque, al ser una gran orquesta,  los arreglos y sonidos son muy diferentes, nunca está de más tener a mano algún disco de “el ciego maravilloso” Arsenio Rodríguez (“Montuneando”  o “Dundunbanza” , por ejemplo)

Tres citas con la forma y el fondo

Leyendo el “Diario” de Jules Renard me encontré con esta anotación correspondiente al 15 de agosto de 1898:

No puede haber, por un lado, la forma, por el otro, el fondo. Un mal estilo es un pensamiento imperfecto

Que, por alguna razón, me hizo pensar en estas dos conocidas citas:

“Lo más profundo es la piel… Todo sucede en la superficie, allí se anudan los eventos de la vida y los pensamientos de los individuos”. Paul Valery. L’idée fixe ou Deux Hommes à la mer (1932)

Y: 

“En política, la forma es fondo”. Jesús Reyes Heroles, Secretario de Educación Pública de México.

Nota (Noviembre 2015): Curioseando ayer por los inagotables blogs de Diez del Corral me encontré con un escrito sobre las medianeras en la que me impactaron estas palabras: «Los edificios ensimismados y escultóricos no crean vida a su alrededor, sino que la niegan. No son fondos, sino formas

 

Ángeles de tugurio

De todos los géneros musicales que corren por el mundo adelante, el country es quizás el más incomprendido e infravalorado. Para muchos representa lo peor de la cultura rural norteamericana (tradicionalismo, machismo,integrismo religioso, horterismo…) y aunque, con la popularidad de eso que los modernos llaman tontamente “americana”, la versión más oscura y llorona ha ganado cierta credibilidad, sigue siendo visto con  recelo y  aprensión. Reconozco que a mí también me costó mucho más entrar que en el blues, soul, funk…pero, de hecho, la música es un continuo y no una serie de compartimentos estancos (recordemos por ejemplo que el bramido de Howlin’ Wolf nació como imitación del yodel de Jimmie Rodgers, o que algunas de las primeras grabaciones de música negra incluían violines) y avanzar en su conocimiento consiste básicamente en irse desprendiendo de prejuicios. Ahora es una parte más de mi dieta musical y he pensado que una buena manera de iniciar a los más reticentes podría ser una selección de canciones “country” interpretadas por mujeres (honky tonk angels). Vamos allá:

Carter Family- “Single Girl, Married Girl” (1927)

Los pioneros de la música country ponderan las ventajas y desventajas de los diferentes estados civiles:

Rose Maddox&Brothers- “I wish I was a single girl again” (1951)

Y la conclusión a toro pasado-¡Como me gustaría volver a ser soltera!:

Kitty Wells- “Release Me” (1954)

Hay infinidad de versiones de este estándar, pero mis dos favoritas son ésta y la lectura soul de Esther Phillips:

Brenda Lee- “Jambalaya” (1956)

La pequeña (en edad, que no en voz) Brenda Lee versionando al padre de la música country, Hank Williams.El single estaba en casa de mis abuelos y, sin saberlo, fue probablemente mi primer contacto con esta música (junto a las inmortales “When it’s springtime in Alaska it’s 40 below” de Johnny Horton y  «I can’t stop loving you» de Ray Charles):

Tammy Wynette- “Stand by your man” (1968)

Esta no es precisamente feminista pero es una canción muy bonita. ¡Y no os perdáis el peinado!:

Tracy Nelson- “I fall to pieces” (1969)

La cantante del olvidado grupo de los 60 “Mother Earth”, cantaba divinamente lo que le pusiesen delante. En 1969 se animó a grabar un maravilloso disco country, acompañada por el gran Scotty Moore y D.J. Fontana, guitarrista y batería respectivamente de muchas de las mejores sesiones del rey:

(Esta no está en youtube pero si en grooveshark, ver enlace en la nota final)

Dolly Parton- “I will always love you” (1973)

Aunque en España es más famosa por su poderosa delantera y sus papeles en películas como la espantosa “La casa más divertida de Texas”, Dolly Parton es una artista de primera fila que ha compuesto cantidad de clásicos y los canta como nadie.Sin ir más lejos, “I will always love you”- sí, la de “El guardaespaldas”- que resulta intolerable en la voz de la difunta Whitney hace equilibrio sobre la delgada linea entre lo hortera y lo sublime cuando la canta su autora Dolly:

Loretta Lynn- “The Pill” (1975)

Para los que acusan a la música country de inmovilista y reaccionaria aquí tenéis una oda a la píldora anticonceptiva (y, por cierto, una de las canciones del jukebox de la tienda Sex de Malcolm McLaren en Londres, donde se formaron los Sex Pistols):

Kate&Anna McGarrigle-“Heart like a Wheel” (1975)

Llamémosle folk, country o lo que queramos, siempre vale la pena escuchar a las canadienses hermanas McGarrigle:

Alison Krauss- “I will” (1992)

No cualquiera se atreve a hacer una versión country de los Beatles y sale victorioso:

Lucinda Williams- “I Lost It”(1998)

La verdad, no sabía cual elegir, de este disco (Car Wheels on a gravel road) me gustan absolutamente TODAS:

Nota: Para su comodidad, he montado una lista de reproducción en Grooveshark. Desgraciadamente, no tenían la salvaje “I wish I was a single girl again” de Rose Maddox y sus hermanos. La versión de “Heart like a Wheel” de youtube es una maqueta de 1971, la de grooveshark es la del disco debut.

Link lista de reproducción en grooveshark:

http://grooveshark.com/#!/playlist/Honky+Tonk+Angels/75297540

La (otra) capilla del bosque

Hojeando un curioso libro llamado “Sacred Buildings. A Design Manual”  de Rudolf Stegers me enteré de la existencia de otro destacado discípulo de Frank Lloyd Wright, además de mis admirados Schindler y Lautner.

El arquitecto se llama Euine Fay Jones y la obra que me llamó tan poderosamente la atención es la Thorncrown Chapel que construyó en 1980 en Eureka Springs, Arkansas. Frente al protagonismo del espacio interior de los otros ejemplos recogidos en el libro, la Capilla de la Corona de Espinas es un ejemplo de la arquitectura más esencial: una cubierta-una sombra- en el medio de un bosque de robles y arces. La unidad material (está construida íntegramente en madera local), la gran transparencia y las cuidadas proporciones (los pilares miden aproximadamente lo mismo que los troncos de los árboles vecinos) permiten que se funda completamente con el entorno.

Aunque algunos detalles puedan remitir al maestro Wright, me parece una construcción tan “natural” que resulta difícil de datar. Encuentro que tiene “eso” tan difícil de conseguir: un carácter intemporal.

Nota:

Teniendo en cuenta que esta obra fue considerada la mejor de 1981 y entre las diez más importantes del siglo XX por el American Institute of Architects, nunca dejará de sorprenderme lo eurocéntrica que llega a ser nuestra formación.

Arquitectura Vegetal

El árbol más singular que he visto jamás es la centenaria higuera  “Na Blanca d’en Mestre” en Formentera.  Más que un árbol, es una auténtica “arquitectura vegetal” ya que la intervención humana, mediante la incorporación de soportes verticales (talóns), vigas (perxades) y riostras en v para neutralizar la acción del viento (ulls de poll), lo ha convertido en una auténtica sala hipóstila vegetal. El objetivo de esta singular técnica, que se puede ver en otros ejemplares de menor tamaño, era evitar que la higuera volviese a enraizar al tocar sus ramas el suelo y proporcionar sombra al ganado.
Con un único tallo y más de cien soportes consigue cubrir  con su memorable sombra una superficie de 350 metros cuadrados, lo que la convierte, si no la más vieja, sí en la mayor higuera del mundo.

Nota 1:

Debo el placer de conocer este prodigio (y muchas otras cosas) a mi maestro Elías Torres que tuvo la generosidad de invitarnos en el verano de 2004 a un grupo de sus colaboradores a las Pitiusas para conocer sus obras y otras maravillas locales.

Nota 2:

Curioseando por la web he visto que este árbol fue presentado en la exposición ‘Humanizar la ciudad. Arquitecturas de Madrid y Barcelona’ por el arquitecto Mariá Castelló en 2011. A él debo esta estupenda representación de la planta cenital de la higuera.

Moonrise Kingdom

El viaje de huida de dos preadolescentes incomprendidos (Sam, el boy scout huérfano y Suzy, la hija mayor de una familia en crisis) por una isla atlántica. Un fabuloso plantel de actores (Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton, Harvey Keitel) bordando papeles con una vis cómica poco habitual en la carrera de algunos de ellos. Una  música maravillosa (¡Benjamin Britten y Hank Williams!). Una mágica puesta en escena, con una estética muy personal  con el equilibrio justo entre realidad y fantasía. La historia intemporal, nunca contada las suficientes veces, del primer  amor y el paso de la infancia a la adolescencia.

Wes Anderson y su equipo  han logrado que, por una vez, el tópico “para jóvenes de 9 a 99 años” sea cierto. No se la pierdan.

¿El más grande constructor de todos los tiempos?

Aunque en la mayoría de historias de la arquitectura moderna o no se le menciona o aparece como uno más de los pioneros del hormigón- entre figuras mucho menos relevantes como Maillart, Nervi o Perret-  la lectura del magnífico libro de José Antonio Fernández Ordóñez sobre Eugene Freyssinet me ha convencido de que tal vez se trate del “más grande constructor de todos los tiempos”.

J.A.F.O.  combina la biografía con el relato de sus hazañas como proyectista y constructor y con una selección de textos del propio Freyssinet para formar una imagen muy completa de este gran genio de la construcción.

Pese a revolucionar la ingeniería con el desarrollo de numerosas patentes (gato y anclaje de conos, tubos pretensados prefabricados, gato plano…), nuevas tipologías estructurales (hangares de Orly, puentes,…) y la invención de un nuevo material (hormigón pretensado), Freyssinet no era un genio loco encerrado entre toneladas de papeles sino un proyectista-director de obra-constructor que iba desarrollando las nuevas técnicas y herramientas que le permitían resolver problemas muy concretos y ganar infinidad de concursos de puentes y otras estructuras gracias a que sus inventos permitían abaratar increíblemente la construcción (desde sus primeros puentes clandestinos en Vichy hasta las cimbras reciclables de Plougastel) o resolver problemas para los que nadie más ofrecía soluciones (hundimiento de la estación marítima de Le Havre). Su falta de prejuicios le llevó incluso a proyectar barcos y alas de avión de hormigón.

En 1928, en la cumbre de su vida profesional tras haber construido las más importantes obras de hormigón armado del mundo (de Villeneuve a Plougastel), renuncia a todas sus patentes y derechos sobre sus diseños y abandona  la exitosa empresa que había formado con Claude Limousin para desarrollar una intuición que le obsesionaba desde el  principio de su carrera – el hormigón pretensado:

La idea de la tensión previa es sencilla: comprimir el hormigón para hacerlo capaz de resistir tracciones ulteriores permanentes
Hasta 1933 se dedica febrilmente a desarrollar su invento y pese a los decisivos avances técnicos que consigue desarrollar,  no consigue encontrar comprador para los postes que había creado y pierde en esos 5 años la fortuna que había acumulado durante los 23 precedentes. Con 55 años, arruinado y al borde de la desesperación consigue la proeza de evitar el hundimiento de la Estación Marítima del Havre aplicando sus teorías de las tensiones previas y comienza su resurrección profesional que tras llevarle a trabajar por todo el mundo  (Argelia, Venezuela,Brasil) ya no acabaría hasta su muerte en 1962.

Cualquier ingeniero que hubiese llevado una de las dos vidas de Freyssinet (pre y post  1928) merecería  ya figurar entre los más grandes del siglo XX, pero que ambas hazañas fuesen llevadas a cabo por una única persona que lo arriesgó todo, elevan su categoría a la de “más grande constructor de todos los tiempos”.

Nota: Toda la información está sacada del libro “Eugène Freyssinet” de José Antonio Fernández Ordóñez (Xarait, 1972).  Pese a sus 400 páginas (con apéndices y notas técnicas) el relato central se lee casi como una novela de superación frente a las adversidades y creo que sería una gran idea reeditarlo.

Piano Azul

Los mejores recopilatorios son los que, además de entretener, te incitan a investigar  y deshacerte de algunos prejuicios.

En ese sentido, me parece ejemplar el cedé  “Piano Blues” (de la serie sobre blues de Martin Scorsese) recopilado por nada menos que Clint Eastwood. Además de reafirmar mi pasión por el profesor Pelos Largos y el Doctor Juan, me ha convertido en fan del segurata de los White Sox y pianista a tiempo parcial Jimmy Yancey, y ha atenuado mis prejuicios contra los “super-grupos”. Aquí tenemos a tres gigantes del jazz (Ellington, Mingus y Roach) que en vez de irse por las ramas con digitaciones vertiginosas y demás florituras, demuestran, tocando un blues como la copa de un pino, que  el genio puede estar en las cosas más aparentemente sencillas:

NOTA:

Si hay ganas de investigar un poco más las raíces del género, recomiendo tres estupendos discos de Yazoo Records (Juke Joint Saturday Night, Shake Your Wicked Knees, Mama don’t allow no easy riders here), antes de empezar con discos completos de Yancey, Professor Longhair, Monk, Dr. John, Otis Spann…

Sin edulcorantes

Las dos maneras más poderosas de sintetizar una idea son la filosófica -máxima abstracción- y la poética – máxima concreción. Así, frente al filosófico “menos es más” de Mies Van der Rohe, tenemos la evocadora alternativa poética del gran Josep Maria Sostres: “Amb sucre, pitjor”. Con azúcar, peor.

 

NOTA: Debo la cita de Sostres al profesor Josep Alemany, que fue alumno suyo. Me ha parecido importante compartirla porque tras rebuscar por el libro “Opiniones sobre arquitectura”, y por la web, no he encontrado ninguna otra referencia a esta inversión que tanto me gusta del dicho popular «Quant més sucre, més dolç«.

¡No más castros!

Los últimos años de abundancia, coincidieron en nuestro país con una efímera moda de utilizar el círculo como base de bastantes proyectos arquitectónicos. Las apoteosis de esta tendencia iban a ser la fracasada ciudad judicial de Madrid, donde me parece recordar que todos los edificios debían ser redondos y el también paralizado palacio de congresos (“la moneda de canto”) de la misma ciudad, en el que se acabó la financiación durante la cimentación.

Así que de aquella fiebre, como realidad construida, no ha quedado tanto pero, curiosamente, lo que ha quedado está en Galicia (ayuntamiento de Lalín, museo arqueológico de Lugo). ¿Casualidad? No lo creo.

En mi modesta opinión, los gallegos debemos ese honor al amor de los políticos por las metáforas construidas. Un ojo (planetario de Valencia), una ola solidificada (Fundación Caixa Galicia en Coruña) o una vieira (Ciudad de la Cultura en Compostela) son algo mucho más fácil de entender y comprar que un edificio.

Y, en Galicia, no se me ocurren muchas cosas que puedan apelar más directamente al corazoncito nacional-popular de un jurado que una referencia a los castros celtas. Daba igual que el programa fuese administrativo o expositivo, la caprichosa geometría quedaba inmediatamente legitimada por la referencia histórica.

Souvenirs

A los primeros que vi hacerlo fue a los japoneses (aunque “Si hoy es Martes, esto es Bélgica” apunta a precedentes norteamericanos). Las vacaciones estaban tan comprimidas que disponían de una semana escasa para ver toda Europa.

Escindidos entre la imposibilidad de asimilar semejante caudal de información y el deseo de amortizar el viaje, optaban por fotografiarlo y/o grabarlo en video para, teóricamente, paladearlo a la vuelta; y en la práctica, someter a traición a los amigos a interminables y tediosas proyecciones tras la cena.

En un primer momento, debido al prohibitivo precio de la tecnología (revelar salía por un pico), el documento gráfico se limitaba a una foto de grupo ante cada monumento para demostrar que se había estado allí. Se seleccionaban las mejores, y se pegaban cuidadosamente en un álbum.

De repente, el advenimiento de lo digital, y el consiguiente abaratamiento de la tecnología, permitió documentar exhaustivamente la totalidad del viaje. Terabytes de fotos y videos a los que nunca se accedía acababan perdidos en los discos duros o en tarjetas de memoria de creciente capacidad.

Y ahora, no hacen falta ni cámaras. Basta el teléfono. Ni memoria física, está la nube. Se dispara, se comparte, y se va llenando el hiperespacio de eso que antes quedaba en la intimidad del hogar.

“Souvenirs”, la divertidísima exposición del gran fotógrafo Martin Parr en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, trata estos y otros temas relacionados con el turismo de masas y el coleccionismo, tanto de imágenes, como de souvenirs y otros subproductos. Funciona por acumulación:

Una colección de autorretratos tomados durante 20 años en esos decorados de cartón en los que al sacar la cabeza por un agujero apareces en un escenario surreal (la boca de un tiburón, entrenando kárate con Putin, de gondolero…), una muestra de su espeluznante colección de postales turísticas, la vivienda del coleccionista compulsivo Juanjo Fuentes (para mí lo menos interesante y traído un poco por los pelos), otra muestra de su colección de souvenirs relacionados con Sadam, Osama o Margaret Thatcher, o una selección de fotos en playas (desde las artificiales de un mall japonés hasta Benidorm).
Todo en surrealista tecnicolor pero real como la vida misma.

NOTA 1:

No puedo resistirme a poner una pequeña banda sonora, el “Souvenirs, souvenirs” de Johnny Halliday:

NOTA 2:

Para los de Barcelona, los domingos es gratis, y el resto de días si llevas un souvenir lo suficientemente hortera, también.

Para los de fuera, un breve video para que os hagáis la idea:

http://www.youtube.com/watch?v=MzQCDtxQnn4

La edad de oro 2 (origen)

Retomando la analogía biológica, existe una tipología de aficionado a las artes que, en vez de venerar la etapa “clásica”, mitifica “los orígenes”. Su edad de oro no es la que corresponde a su adolescencia (ver post anterior)  sino la de la infancia del género objeto de su devoción. Son los apóstoles de lo auténtico. Si les gusta el jazz, opinan que vamos cuesta abajo desde que Louis Armstrong dejó la banda de King Oliver. Si son rockers, todo se jodió cuando Elvis se fue a la mili. Si les gusta el blues, adoran la imagen del esclavo cantando desgarradoramente mientras recoge el algodón.

Quizá la formulación más clara que yo he visto de esta postura se encuentra en el prefacio de la segunda edición del excelente libro de Nick Tosches “Country. The twisted roots of rock’n’roll”. Tosches desarrolla la idea de la siguiente manera: 

“Creo en el poder de los orígenes, una creencia en que, como lo expresa el Eclesiastés, “Lo que fue, eso será, Y lo que se hizo, eso se hará. No hay nada nuevo bajo el sol.”, en que lo que reclamamos como originalidad y descubrimiento no son más que aires y delirios de nuestra inocencia, ignorancia, y arrogancia; en que lo que se diga, fue dicho mejor- más poderosa, hermosa y puramente- hace mucho. La aurora de los dedos rosados de Homero es la más grande aurora de dedos rosados; la luna de dedos rosados de Safo, igual. No hay nueva sabiduría, sólo tontos que encuentran su camino a lo viejo; ni nueva poesía, sólo poetas tomando un aliento tan viejo como el tiempo” 

Siempre me han interesado mucho “los orígenes” y cuando encuentro algo que me gusta mucho, intento conocer de donde viene. Pero creo que cada vez que “un tonto” con sensibilidad emprende su camino a lo viejo, vuelve de la excursión con algo nuevo.

NOTA:

Pese a haber pasado de crápula outsider de la crítica musical a convertirse en exitoso autor de best-sellers (!), nadie ha considerado oportuno traducir al español los grandes libros de Tosches sobre música. No he leído la biografía del killer Jerry Lee Lewis, ni la de Dino, pero recomiendo encarecidamente tanto el citado “Country. The twisted roots of rock’n’roll” como “Unsung heroes of rock’n’roll”. La traducción del fragmento citado es mía y si alguien se anima a publicar alguno de ellos, aquí estoy para lo que haga falta.

La edad de oro 1 (adolescencia)

La analogía biológica aplicada a las artes (nacimiento- desarrollo-esplendor-decadencia-muerte) es un esquema reductor que señala un período concreto como el período “clásico” de una disciplina.

En el caso de la música popular, dicho período tiende indefectiblemente a coincidir con la adolescencia del escriba u oyente de turno. Para algunos no hubo momento más excitante que los inicios del rock´n´roll, para otros nada iguala “la década prodigiosa”, la energía del punk, el olor a espíritu juvenil del grunge o los inicios de la cultura rave.

La música es para muchos algo asociado a la juventud, las fiestas y las reuniones con amigo;  un entusiasmo compartido que une al grupo. Por eso, la mayoría deja de preocuparse activamente por ella cuando sienta la cabeza: el trabajo, los niños… ¿a quién le queda tiempo (y/o dinero) para invertir en música?

Quedan dos vías para ordeñar ese mercado:

La primera, esos repentinos raptos nostálgicos que permiten rentabilizar las giras de regreso de los grupos que triunfaron en su adolescencia (hombres g, por poner un ejemplo) o, peor, los musicales en que se recrean éxitos de antaño (mamma mia, por poner otro).

La segunda, exprimir a aquellos que todavía compran música como homenaje a su fijación adolescente con algún determinado artista (pasa mucho con springsteen y U2). Gente que pasa religiosamente por caja con cada nuevo lanzamiento del artista de marras o paga sin pestañear (ahora  tal vez pestañeen un poco) la morterada necesaria para verlos en el camp nou. Son el target ideal de esas infladas ediciones de-luxe que tanto se llevan ahora, con las que las discográficas intentan venderte lo mismo por tercera vez (lp, cd, edición “de luxe”). ¿De verdad alguien escucha los discos de rarezas que, en teoría, justificaron la inversión?

En las sabias palabras de la abuela de un amigo querido- refiriéndose a nuestra incorregible manía de salir por la noche-  ambas vías me parecen “una pérdida de tiempo, dinero y categoría”. Para mí, hay buena música en todas las épocas y está por todas partes: en la red, en la banda sonora de una película, en un anuncio…sólo hay que abrir las orejas y, cuando se presenta, no dejar que se escape.*

* aún lamento no haber preguntado cual era la maravillosa música hawaiana que acompañaba una de las animaciones de Kentridge en la retrospectiva del Macba de hace años.

“Pastuqui” para todos (los gustos)

Como no se habla de otra cosa, por lo menos que sea con ritmo. Ahí va una lista de reproducción de grandes canciones relacionadas con el vil metal:

Brother can you spare a dime?”-Bing Crosby (1932)

El himno oficioso de la gran depresión en Estados Unidos: ¿Hermano, puedes darme diez centavos?:

Poor but ambitious”- Wilmoth Houdini (1940)             

Me recuerda el mítico diálogo de mi abuelo con unos gilipollas a la entrada del colegio:

-Juan, ¿tú de quien desciendes?

– Yo no desciendo,  yo asciendo

( de ésta no he encontrado enlace en youtube, sólo en grooveshark)

Your cash ain’t nothing but trash”- The Clovers (1953)

Un clásico del R&B. Tu dinero no vale una mierda:

“Money”- Barret Strong (1959)

Obvia, pero no podía faltar: “The best things in life are free but you can give ‘em to the birds and bees…I want money”. Toda una declaración de principios!:

 Shake you moneymaker”- Elmore James (1961)

¡Menea esa máquina de hacer dinero!:

Blue Money”- Van Morrison (1970)

El fotógrafo sonrie, el cámara sonrie, y el dinero azul que el cantante quiere ir a gastarse con su chica parece ser el que ella ha ganado con sus posados (¿desnuda?). En todo caso, una gran canción:

(esta no está en la lista del grooveshark…)

Money”-Horace Andy (1974)

Siempre nos quedarán los rastas para denunciar las maldades de Babilonia/Occidente, y aclararnos que es el dinero la raiz de las mismas (…money, money, money, money, money,  is the root of ALL evil):

Free Money”- Patti Smith (1976)              

Siempre me ha gustado ese crescendo desde el pianillo inicial hasta el rocanroll desbocado final:

Take the cash (K.A.S.H)”-Wreckless Eric (1979)

Además de la inmortal “Whole Wide World” debemos a Eric Goulden este himno oficioso de los autónomos: ¡Pilla la pasta en efectivo!:

Money”-The Flying Lizards (1979)

Esta va por Begoña:

L’argent appelle l’argent”- Pamelo Mounk’a (1981)

Una gran canción de uno de los cantantes de los muy reivindicables Bantous de la Capitale congoleses. Ya iba tocando poner algo africano:

Knocking”-Carolina Chocolate Drops /Luminescent Orchestrii (2010)

A veces es buena idea juntar dos bandas (aconsejo agenciarse el EP). Grabada en una toma. La incluyo por el pegadizo estribillo “Show me the money, show me the money…”:

NOTA:

Lista de Grooveshark (falta el “blue money” de van morrison):

http://grooveshark.com/#!/playlist/Pastuqui+Para+Todos+los+Gustos/70706107