La exactitud no es la verdad

auto-retratos matisse

Henri Matisse preparó para una exposición en Filadelfia en 1948 una serie de cuatro auto-retratos dibujados y un breve texto con los que demostraba que la exactitud no  es la verdad.

Cada uno de los cuatro retratos difiere en aspectos fundamentales –barbilla potente vs. barbilla débil débil; narizota vs. naricita; ojos juntos vs. ojos separados- y sin embargo en todos ellos reconocemos sin lugar a dudas a Henri Matisse.

A partir de este sorprendente hecho, el artista argumenta que el carácter es más importante que los rasgos particulares y que la inexactitud anatómica de los rasgos no sólo no daña la representación del “carácter íntimo y verdad inherente de su personalidad” sino que ayuda a clarificarla.

Es decir, dibujar con precisión los rasgos no asegura que el retrato se parezca al retratado ya que lo fundamental es captar “su carácter”, eso que comparte cada una de las muy diferentes representaciones. En el arte –y, posiblemente, en la arquitectura- esa esquiva totalidad que se oculta tras la superficie es la auténtica verdad.

Nota:

Conocí este texto y dibujos gracias al primer volumen de “The Nature of Order”, la obra magna de Christopher Alexander, que lo utiliza para ilustrar el concepto de totalidad o integridad (“wholeness”) en el que basa la nueva visión del mundo que pretende transmitir en su tratado.

2 comentarios en “La exactitud no es la verdad

  1. Hola Iago. Qué suerte tienes de leer fluidamente en inglés. La Naturaleza del Orden es un trabajo tan monumental que aún estoy esperando que lo traduzcan al español para poder leerlo en unos plazos razonables de tiempo. Pero que si quieres arroz Catalina. Igual me muero sin verlo. Mientras me pones los dientes largos aprovecho para contarte que he entregado ya unos folios a modo de prólogo de la segunda edición en castellano del Modo. La que sacará en unos pocos meses la heroica editorial riojana Pepitas de Calabaza que ya tiene en su haber los derechos de edición. Un abrazo.

  2. Que alegría me das, Juan! Olé por Pepitas y por tí! Ojalá tenga la difusión que merece. Es el libro de arquitectura que más me ha marcado y seguro que tu prólogo está a la altura de la ocasión (estoy deseando leerlo).

    The Nature of Order acabo de empezarlo pero promete. Imagino que iré comentando cosas por aquí a medida que avance.
    Un abrazo!

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